Encontramos otro ejemplo de innovación en la industria de la cerámica valenciana, no es reciente, en los siglos XIV y XV ya Manises era un importante centro de producción y un poco más tarde lo fue Onda.
Pero en los primeros años del siglo XX se produce un gran cambio tecnológico en el sector.
Y en ese punto se pasa del pequeño taller artesanal a la creación de grandes fábricas.
Un salto importante, detrás del cuál hay personas que arriesgan, ven más allá del horizonte y se lanzan a emprender.
¿Han inventado la rueda? no, pero la han hecho rodar.
Lo mismo podemos aplicar al ámbito del textil, el juguetero, del arroz, del mueble, del calzado y tantos otros que han sido -y algunos son aún- motor de la economía valenciana.
Los modelos de negocio que conocemos van evolucionando con los años y por qué no decirlo a golpe de plagas, crisis, guerras y pandemias.
Todas estas indeseables situaciones suelen ser puntos de inflexión que obligan a las personas a reinventarse.
No se trata solo de inventar nuevas cosas, sino de adaptar lo que ya conocemos a la nueva situación y volver a encender una chispa.
Estamos en uno de esos puntos de inflexión y en Marina de Empresas ponemos todo el foco en que se enciendan de nuevo chispas y que no pare nunca la rueda.