25/03/2021

Siempre hay alguien que enciende la chispa…

Siempre hay alguien que enciende la chispa…

Seda, naranjas, azulejos, startups… La Comunidad Valenciana es tierra de emprendedores y en Marina de Empresas hacemos todo lo posible para que cada vez se enciendan más chispas.

De situaciones de crisis, pueden surgir nuevas soluciones que innoven e incluso que mejoren las cosas a largo plazo.

Para eso, hay que ser un poco observador, algo arriesgado y muy emprendedor.

En València ha habido ejemplos a lo largo de nuestra historia.

La crisis de la seda llenó de naranjos nuestro paisaje y eso es porque alguien plantó el primer árbol, con una intención más allá de la decorativa, al ver que los telares ya no resultaban rentables por falta de materia prima.

Ese sería el origen de una potente fuerza económica que transformó  los campos y la economía valenciana.

Salir

de la terreta.

La naranja valenciana pasó de ser en el S.XVIII una fruta de temporada y casi limitada a ser un postre típico de Navidad, a venderse progresivamente en nuestro país y exportarse a Europa.

A principios del siglo XX, y gracias también a los avances en el ferrocarril y la actividad portuaria, Valencia se estaba convirtiendo en una potencia mundial exportadora de naranjas.

Vender naranjas a Europa sin saber ni papa de inglés, fue ir un pasito más allá, de nuevo arriesgado, de nuevo transgresor, pero alguien se arriesgó a hacer esa primera transacción y sin saberlo, fue pionero de un cambio brutal.

Para innovar hay que ser un poco observador, algo arriesgado y muy emprendedor.

Los precursores del packaging.

Los cambios se iban sucediendo en función de las necesidades del cliente, no muy diferente a lo que pasa  hoy día, por otra parte.

En 1826, a petición de los importadores franceses, se implementó el primer packaging de la naranja, la fruta se envolvió en papel de estraza y se metió en cajas de madera lo que mejoró su envío a Europa. 

De nuevo podemos decir que se encendió una chispa y de ahí fue evolucionando y mejorando punto a punto este sector.

Años más tarde, un comerciante mallorquín abrió en Carcaixent el primer almacén para la confección de envases, fueron mejorándolos, se imprimieron etiquetas con las marcas y el origen valenciano de las naranjas se publicitó por toda Europa.

Una cosa lleva a la otra y el aumento de la demanda de estos envoltorios y etiquetas,  provocó la proliferación de artistas gráficos que pusieron sus creaciones al servicio de las empresas de naranjas así como el nacimiento de fábricas de papel y de cajas de madera  para abastecer toda esa nueva demanda.

Envolver las naranjas y ponerles etiquetas con la marca, no deja de ser una estrategia de branding.

No se trata de inventar la rueda, se trata de hacerla rodar.

Encontramos otro ejemplo de innovación en la industria de la cerámica valenciana, no es reciente, en los siglos XIV y XV ya Manises era un importante centro de producción y un poco más tarde lo fue Onda.

Pero en los primeros años del siglo XX se produce un gran cambio tecnológico en el sector.

Y en ese punto se pasa del pequeño taller artesanal a la creación de grandes fábricas.

Un salto importante, detrás del cuál hay personas que arriesgan, ven más allá del horizonte y se lanzan a emprender.

¿Han inventado la rueda? no, pero la han hecho rodar.

Lo mismo podemos aplicar al ámbito del textil, el juguetero, del arroz,  del mueble, del calzado y tantos otros que han sido -y algunos son aún- motor de la economía valenciana.

Los modelos de negocio que conocemos van evolucionando con los años y por qué no decirlo a golpe de plagas, crisis, guerras y pandemias.

Todas estas indeseables situaciones suelen ser puntos de inflexión que obligan a las personas a reinventarse. 

No se trata solo de inventar nuevas cosas, sino de adaptar lo que ya conocemos  a la nueva situación y volver a encender una chispa

Estamos en uno de esos puntos de inflexión y en Marina de Empresas ponemos todo el foco en que se enciendan de nuevo chispas y que no pare nunca la rueda.

 

A veces no hay que idear cosas nuevas, sino darles una pensada a las que tenemos delante.

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