18 de octubre de 2020

Abrir un restaurante cuando todos cierran.

Abrir un restaurante cuando todos cierran.

Álex González, cofundador de Hundred Burgers.

Valenciano, inversor y emprendedor. Podríamos definir así a Álex González, aunque nos quedaríamos cortos. A pesar de su corta edad, Álex acumula una gran cantidad de experiencias profesionales gestionando el riesgo.

Empecemos por el principio

Tras graduarse en ADE y Derecho, Álex inició sus estudios en el MBA Junior de EDEM.

Al finalizar el MBA, Álex comenzó a trabajar como gerente de inversión en Angels, sociedad de inversión de Juan Roig, analizando startups y buscando emprendedores nº1 en los que invertir.

Tras casi 7 años en Angels acompañando a las startups y compartiendo sus fracasos y alegrías, decidió perseguir su sueño emprendedor y montar su propio negocio: una hamburguesería con productos de gran calidad.

Así fue como, en febrero de 2020, abría sus puertas Hundred Burgers, una hamburguesería deluxe en la calle Micer Mascó de Valencia, en un cruce de caminos de oro: entre Viveros, Jardines del Turia, Mestalla y Facultats.

Tras muchos viajes en busca de la hamburguesa perfecta, una cuenta de Instagram con casi 20k seguidores y reviews de hamburguesas de todo el mundo, Álex y su socio Ezequiel Maldijan abrían su primer negocio solo un mes antes de la declaración del estado de alarma, sin poder imaginar la que se les venía encima.

«El confinamiento hizo que Alex y Ezequiel dieran un giro a su estrategia pocas semanas después de haber abierto.»

Abrir-un-restaurante-cuando-otros-cierran

Ni se habían planteado iniciar el delivery, pero el cierre de restaurantes y la restricción de movilidad removió todos sus cimientos y tuvieron que buscar alternativas para sobrevivir. 

¿La buena noticia? Que los resultados fueron excelentes. Gracias al delivery se dieron conocer a muchísima gente, y los repartidores de comida hacían cola fuera de su establecimiento.

Cuando vienen mal dadas nunca sabes qué va a suceder ni cuál será la decisión correcta, pero como decimos en Marina de Empresas “entre hacer y no hacer, hacer”. Y eso fue lo que hicieron Álex y Ezequiel, probar hasta dar con la tecla justa.

Porque a veces en las dificultades están las grandes oportunidades. Pero mejor que nos lo cuente Alex…

Se podría decir que, en tus treinta y pocos, a menudo has estado al lado del riesgo, o al menos en lo que respecta a tu trayectoria profesional. ¿Siempre ha sido así? ¿De pequeño te llamaba el riesgo?

¡Para nada! Siempre me he considerado más bien averso al riesgo y muy ansioso ante la incertidumbre. Cuando mis padres me dijeron con 14 años que me cambiaban de cole me pillé tal berrinche que tuvieron que aplazar la decisión dos años.

Mi trayectoria probablemente tenga más que ver con que me gustan mucho los retos y las situaciones en las que me enfrento a un problema que requiere una solución creativa; que con mi capacidad para tolerar el riesgo.

Cuéntanos tu experiencia más risky.

En cuanto a lo personal, en 2008, cuando tenía 20 años, viví unos meses en San Diego (California) y los sábados solíamos cruzar la frontera con México para salir de fiesta en Tijuana. La idea en sí ya era arriesgada porque, siendo unos críos extranjeros, cruzábamos una de las fronteras más vigiladas del mundo en plena noche para salir por una de las ciudades más peligrosas que existen. Una de las noches, una de nuestras amigas se perdió y nos tocó salir de la zona segura para buscarla y volver a tiempo a Estados Unidos. Por suerte apareció a tiempo, sana y salva, pero nunca he pasado más miedo en mi vida. 

Por otra parte, mi experiencia más risky a nivel profesional ha sido dejar una carrera de seis años en una institución tan increíble como Marina de Empresas para empezar de cero en un negocio con una competencia brutal como son las burgers.

¿Cómo fueron tus inicios en el mundo de la empresa?

Aprendí qué es y para qué sirve una empresa cuando hice el MBA Junior de EDEM en 2012 becado por Angels. 

Tuve la tremenda suerte de descubrir el mundo de la empresa desde el paradigma del Modelo de Calidad Total y desde entonces siempre he sentido predilección por los proyectos que buscan generar felicidad en sus clientes, trabajadores y proveedores, antes que un retorno económico inmediato. 

Me gusta pensar que he sido criado como empresario en esa cuna y espero que Hundred sea siempre un ejemplo de aplicación práctica de ese modelo.

¿Qué es lo que más te apasionaba de trabajar en la inversión en startups?

La convivencia con emprendedores, sin duda. Estar a su lado, compartir sus aciertos y errores y aprender de ellos fue lo que me terminó por convertir en un potencial emprendedor. Los nº1 de Angels son personas verdaderamente inspiradoras y a las que siempre quise parecerme.

Se suele decir que en el estómago sentimos todas las cosas importantes: el miedo, el riesgo, las decisiones… ¿Fue así cómo notaste la llamada para emprender?

La verdad es que tengo cero instinto. Soy una persona muy analítica y reflexiva, que necesita vivir una realidad para interpretarla y tomar decisiones. Podríamos decir que más que un emprendedor de los de intuición y estómago, soy de los de cabeza y datos

De hecho, la llamada para emprender la noté cuando tuve muy claro que una de mis grandes pasiones (las burgers) se me daba realmente bien porque ganamos el Campeonato de España de Burgers de 2018 con Singular and Co. ¡Fíjate si soy poco instintivo, que hasta que no me dieron un premio no me atreví a dar el paso!

¿Qué aprendizajes te llevas de tu trabajo anterior, como gerente de inversiones, a esta nueva aventura de montar tu propio restaurante?

Infinitos, de verdad. Nos comemos la entrevista entera si los enumero. Si tuviera que quedarme con uno, te diría que el que más me ha influido es que el emprendedor tiene que controlar el core de su negocio. Tiene que ser el que más sabe de aquello que es esencial para su empresa. Sin ese conocimiento eres un títere en manos de terceros y tu empresa es indefectiblemente frágil. 

Por eso en Hundred intentamos asumir la mayor parte posible de la cadena de valor picando la carne y haciendo el pan nosotros mismos y encima lo hacemos de acuerdo con recetas que sólo los fundadores conocemos al 100%. De esta forma no hay ningún proveedor ni trabajador imprescindible, salvo nosotros mismos. 

 

Qué da más miedo, ¿invertir o emprender?

Esta es fácil: invertir. Cuando emprendes eres el dueño de tu destino y, salvo fuerza mayor o golpes de suerte que en el largo plazo siempre se ajustan, que te vaya bien o mal depende exclusivamente de ti y de tu capacidad para sacar adelante tu proyecto. 

Por el contrario, cuando inviertes lo haces siempre en proyectos que otras personas controlan. Existe un riesgo mayor porque nunca vas a poder determinar al 100% si esa persona es la adecuada, por mucho que la analices. Da más miedo porque hay más variables inciertas y menos palancas para corregirlas.  

Nada más abrir Hundred, llegó el confinamiento, y con ello, el vacío en las calles y la restauración. ¿Cómo encarasteis esta situación tan singular?

La enfocamos literalmente como un asunto de vida o muerte. Llevábamos cuatro semanas abiertos y, unos tres días antes del confinamiento, notamos un descenso de clientes. Tuvimos muy claro que no podíamos cerrar porque era muy probable que nunca volviéramos a abrir, así que nos la jugamos y abrimos de golpe en Glovo, Deliveroo, Uber Eats y Just Eat como una forma para poder seguir pagando las nóminas de los trabajadores. Recuerdo que la idea era “empatar” y seguir rodando. 

Resultó que casi todos nuestros competidores cerraron y que la gente, al estar confinada, no paraba de pedir a domicilio. El golpe se convirtió en una oportunidad y empezamos a facturar más incluso que antes del confinamiento. Gracias a eso nos descubrió mucha gente que ahora es fan y que viene al local prácticamente cada semana. 

«Cuando emprendes eres el dueño de tu destino y, salvo fuerza mayor o golpes de suerte que en el largo plazo siempre se ajustan, que te vaya bien o mal depende exclusivamente de ti.»

¿Qué te viene en mente cuando decimos “singular”?

Esa palabra siempre ocupará un trozo muy especial en mi corazón. Es el nombre del restaurante que mi madre abrió en 2016 en el Puerto de Sagunto y que me valió como escuela y trampolín para crear Hundred. Tanto es así que nuestra burger más vendida es en realidad la suya y por eso lleva su nombre. 

Ella es la persona más valiente que conozco. Emprendió con 53 años, sin experiencia en el sector y con todo en contra. Yo lo he tenido mucho más fácil porque Singular me alisó el camino. El primer día que abrimos Hundred, en la carta ya ponía “Mejor Burger de España 2018” y eso es gracias a su sacrificio y generosidad. ¿Se te ocurre una forma más fácil de empezar?

Estar al lado del riesgo conlleva tomar decisiones difíciles en momentos complicados. Dinos 3 palabras con las que definirías una persona risky.

Creo que me quedo con: valiente, currante y cabezota.  

¿Qué le dirías a otras personas que están pensando en emprender?

Les diría que lo que he aprendido en mi corta experiencia emprendedora es que si no te flipa lo que haces, no va a funcionar. Crear una empresa es muy duro y esta lleno de trabas y si no estas ultra motivado, lo dejarás antes de tiempo. 

Tiene que encantarte tu producto. Tiene que apasionarte tu sector. Tienes que disfrutar del proceso. Si eso no ocurre, a poco que vengan los problemas lo dejarás, porque no te va la vida en ello. 

En este mundo se puede ganar dinero de muchas formas, pero sólo ganas felicidad si haces algo que realmente te gusta. Por tanto, mi único consejo es que eviten emprender por dinero y que lo hagan para disfrutar de aquello que es verdaderamente escaso en nuestra era: el tiempo.

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