7 de septiembre de 2022

El murciano persistente que no contempla el ‘Game Over’.

El murciano persistente que no contempla el ‘Game Over’.

Francisco José Martínez, CEO y cofundador de Codigames.

Mientras el resto de los niños de su edad volvían de clase a casa para jugar al fútbol o ver la televisión, él se dedicaba a su hobby: desarrollar videojuegos en un ordenador. Entonces no lo sabía, pero esa afición iba a cambiarle por completo la vida. 

Ahora, Fran es CEO de una de las empresas de videojuegos de más éxito del país. Hablamos con él para conocer su historia, en la cual el riesgo y la perserverancia han sido claves.

De la huerta de Murcia al Top1 en EEUU.

Nacido en 1985 en Molina de Segura (Murcia), la infancia de Francisco José Martínez fue como la de cualquier chico de su edad. Allí cursó sus estudios, incluido un ciclo superior de desarrollo de aplicaciones informáticas. 

Pero mientras todo el mundo volvía de clase a casa para jugar al fútbol o ver la televisión, él se dedicaba a su hobby: desarrollar videojuegos en un ordenador, afición que marcaría su futuro. 

Más adelante, en la época en la que trabajó como desarrollador, se matriculó en la Universidad de Murcia para realizar Ingeniería Informática de Sistemas, estudios que continuó en la UNED.

 

 

Entre sus principales aficiones se encuentran los videojuegos (cómo no), el fútbol, las películas, las series y las novelas de fantasía y de ciencia ficción. 

Cordial y humilde, pocos podrían adivinar sin conocerle que Fran ha revolucionado el mundo de los juegos para dispositivos móviles a través del estudio Codigames.

Sus videojuegos, centrados en la gestión de negocios, suman decenas de millones de descargas en todo el mundo y han llegado a ser Top1 en Estados Unidos. Como si se tratara de un juego más de su renombrada factoría, Fran es el protagonista de una historia de éxito al frente de su propio negocio: Codigames.

¿Cómo este discreto joven ha podido crear la primera empresa de videojuegos de la región y facturar, en 2019, 44 millones de euros? Intentaremos resolver todas estas incógnitas conociéndole un poco más en profundidad.

Tu amor por el desarrollo de videojuegos fue prematuro: con 9 años diste tus primeros pasos. ¿Cómo fue tu evolución hasta que, junto Zacarías Gómez, fundaste Codigames?

No recuerdo exactamente con qué edad, antes de los 9 años tuve dos consolas con las que disfruté mucho y que ya me crearon una importante afición por los videojuegos. Pero para mí todo cambió cuando mis padres me regalaron un ordenador con 9 años y contrataron a una persona para que me enseñase a programar. Entonces hice mis primeros juegos, tipo ahorcado o juegos de preguntas. 

Durante esa época accedí a un nuevo tipo de contenidos que me enamoró, empecé a descubrir juegos de estrategia, gestión y simulación, entre otros (Dune 2, Warcraft 2, Transport Tycoon Deluxe, Civilization II, Age of Empires…), saliendo de los clásicos juegos de arcade o plataformas de las consolas. 

Era una decisión sencilla para mí: «como me gustaba jugar a videojuegos me encantaría poder dedicarme de alguna manera a ellos, como desarrollador o jugador».

Así que, conforme crecía, fui haciendo pequeños proyectos personales. Así lo hice durante el colegio con el RPG Maker. Se trataba de una aventura donde el profesor de Matemáticas se perdía en el colegio y había que averiguar qué había pasado.

Más adelante, en el instituto, desarrollé varios juegos de estrategia/RPG/gestión en navegador, de los que también era aficionado. Ahí conseguí algún pequeño éxito. Todavía recuerdo lo contento que me ponía cuando llegaba un cheque de Google con los ingresos de publicidad a casa.

Siempre he tenido la misma sensación que creo que tiene un pintor o un escritor ante un lienzo o un folio en blanco. Pero en mi caso es ante un ordenador: el abanico de posibilidades tendía a infinito para crear lo que quisieras con tus propias manos.

 

Fundar una empresa es muy osado, más siendo tan jóvenes como érais. ¿Cómo y por qué disteis el paso?

Con 24 años tuve una especie de crisis existencial. Trabajaba como desarrollador de software para empresas, pero no me llenaba. Sabía que dedicarme al desarrollo de videojuegos en España era muy complicado, pero, por muy difícil que fuese, sentía que ni siquiera lo había intentado y no podía perdonármelo. 

Así que le propuse a Zacarías montar un grupo de desarrollo y hacer nuestro primer videojuego para móviles, más con el ánimo de aprender que otra cosa, pero siempre con una mentalidad de intentar que fuese abordable para nosotros y pudiese ser comercial.

Zacarías y yo hemos crecido juntos, somos primos. Los dos hemos disfrutado en la huerta de nuestros abuelos, haciendo trastadas, jugando a videojuegos o viendo dibujos animados. Él siempre ha sido muy bueno dibujando y con todo lo que tiene que ver con la parte artística, mientras que a mí me ha encantado siempre la parte más lógica o de programación. Y estas son precisamente las dos áreas indispensables para hacer un videojuego.

Así que nos lanzamos a desarrollar nuestra primera creación para móviles, presentándola a diversos concursos de videojuegos a nivel nacional, donde conseguimos algo de repercusión y sobre todo confianza en nosotros mismos. Empezaron a surgir posibilidades para trabajar en la industria, pero decidimos apostar por nosotros y lo que estábamos haciendo: crear nuestra propia empresa de videojuegos.

Si no existía una empresa de videojuegos en Murcia alguien tendría que hacerla. ¿Quién mejor que nosotros?

De repente se os cruzó Lanzadera en el camino, y luego Angels. ¿Cómo os ha marcado el apoyo de Marina de Empresas?

Estuvimos dos años trabajando en una habitación en mi casa y sentíamos que necesitábamos algo más, dar un siguiente paso. No queríamos quedarnos donde estábamos, deseábamos realizar otro tipo de experiencias para móviles. 

Cuando descubrimos Lanzadera nos presentamos sin pensárnoslo. Para nosotros era la oportunidad de nuestras vidas, nos permitía dar ese salto, ampliar el equipo y trabajar en el nuevo tipo de experiencias que queríamos desarrollar. 

Marina de Empresas ha sido una oportunidad increíble que había que aprovechar y una experiencia única que recordaremos toda la vida. Si eres emprendedor y quieres lanzar tu proyecto, no hay sitio mejor para hacerlo.

Pasasteis una época donde los números de la empresa no eran los que esperabais. Pero pivotasteis en el tipo de videojuegos a desarrollar y distes con la tecla. Supongo que, en este punto, fue importante creer en el proyecto y aguantar para sacarlo adelante.

Hay momentos donde prácticamente nadie más cree en ti o en el proyecto. Es un episodio al que sí o sí te enfrentas cuando te embarcas en crear tu propia empresa, ya sea en los inicios o en tiempos de dificultad donde a veces no parece salir nada bien. 

Para nosotros la clave ha sido perseverar con lo que queríamos hacer: crear nuestra propia empresa de videojuegos. Siempre hemos pensado que éramos capaces de lograrlo, aunque a veces nuestros objetivos pareciesen demasiado lejanos. El fracaso es un estado finito en el tiempo, salvo que tu decidas lo contrario.

«El fracaso es un estado finito en el tiempo, salvo que tu decidas lo contrario».

Ahora habéis obtenido el éxito con una línea de videojuegos que ha triunfado en todo el mundo. En 2019 Codigames facturó 44 millones de euros y, además, tú y Zacarías recomprásteis la mayoría de la propiedad de la empresa.

Estamos muy contentos de la situación actual de la empresa. Aparte del éxito que hemos cosechado durante los últimos años, hemos conseguido recuperar la mayoría de la compañía, lo que nos permite seguir apostando por la que siempre fue nuestra pasión, crear una gran empresa de videojuegos. Y en eso andamos todavía.

¿Qué aprendizajes has obtenido de todo este camino? ¿Qué consejos darías a aquellos que estén pensando emprender?

1. Haz algo que te apasione.

2. Si es algo que de verdad quieres, persevera.

3. Ten un foco claro. Es muy fácil hacer muchas cosas, lo difícil es hacer una muy bien.

4. No te obsesiones tanto por el objetivo, sino por hacerlo cada vez mejor. Es recorriendo el camino donde se crece.

5. Envía tu solicitud para participar en Lanzadera. 

Cuando nos hablaban de riesgo siempre he dicho: «¿Riesgo? Sí, de petarlo».

«1. Haz algo que te apasione.

2. Si es algo que de verdad quieres, persevera.

3. Ten un foco claro. Es muy fácil hacer muchas cosas, lo difícil es hacer una muy bien.

4. No te obsesiones tanto por el objetivo, sino por hacerlo cada vez mejor. Es recorriendo el camino donde se crece.

5. Envía tu solicitud para participar en Lanzadera. «.

¿Te ha gustado esta historia?

Marina es el lugar de los amantes del riesgo, del camino con curvas, de su sexto sentido y del «don’t stop me now».

Suscríbete si quieres conocer más historias risky.

Informarte que al dejarnos tu email estás consintiendo expresamente a que Lanzadera te envíe correos con información sobre Marina de Empresas, y las personas, iniciativas y eventos que la conforman. Puedes ejercitar tus derechos como usuario a través de info@lanzadera.es. Si consideras que Lanzadera ha vulnerado tus derechos o no ha satisfecho tu ejercicio de derechos puedes reclamar ante la Agencia Española de Protección de Datos (www.aepd.es). Para más información accede a nuestra Política de privacidad.

OTRAS HISTORIAS

Risky People

Personas

El empresario que acabó siendo estudiado en Harvard.

Se presenta como un economista con vocación de tendero. Una definición humilde para una persona que ha convertido Mercadona, supermercado que contaba con 8 tiendas cuando lo empezó a dirigir, en un caso de éxito que es objeto de estudio en las aulas de Harvard y del que actualmente depende el 2% del PIB de España.

Leer Historia
Plataforma Empleabilidad

¿Cuánto debo pagar?

Hacer feliz a un becario Contenidos ¿Cuánto debo pagar? Dependerá de tu situación y qué puedas permitirte, pero si estás pensando en incorporar a estudiantes

Leer Historia
Plataforma Empleabilidad

Cómo enfocar mi carrera

Salidas profesionales Contenidos Centrar el objetivo para llegar más rápido Una de las cosas que más nos suele costar cuando terminamos los estudios y nos

Leer Historia